17 de noviembre



 





Silencio: ausencia de escucha, ruido, sonido. Es una pausa infinita, no sabemos cuando terminará. Un espacio entre cosas, una promesa, un paisaje casual.

Hay varios tipos de silencio, el que me tocó a mi es el silencio que no tiene el recuerdo en la mano, al que le han destruido sus marcos para recordar. El silencio del que, teniendo el recuerdo, no encuentro las palabras justas.

17 de noviembre tengo miedo de abrir los ojos y no encontrarme en la sala blanca, tengo miedo de cerrarlos y no despertar. una enfermera cruza la puerta, no hay nada, un abismo de sabanas envueltas se quiere aproximar. Hoy no tengo miedo. En el abismo silencioso el paisaje se vuelve intenso y doloroso. A través del plástico cristalino veo unas manos, luego un rostro, trato de detectar si hay una sonrisa o una lágrima, que no sea de las mías.
El silencio puede ser algo más. Puede ser, a veces, un despojarse. Ceder el orgullo. Perder la voz. Para que podamos escuchar ciertas notas, cierta presencia.
Me deslizo a través del plástico, Mis órganos se restablecen, mis tejidos se vuelven a unir, mi corazón empieza a latir. Me levanto y caigo, lo vuelvo a intentar, todo está lleno de plástico y luces de un laberinto llamado hospital. Soy una construcción de carne y hueso, un animal amurallado bajo el cielo, pero dentro de eso, soy libre.


Setiembre 2021

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