Árida



El corazón apretado me sofoca de tal manera que no puedo ni respirar

Las batallas perdidas en mi camino me hacen pensar en heridas abiertas que alguna vez tuve que sanar

Mis lágrimas se vuelven una cotidianidad en soledad, caen suavemente, deslizándose con vergüenza 

Pequeñas lucesitas se asoman al abrir y cerrar los ojos, destellos de luz, chispas de algún fuego que alguna vez tuve

No me apago pero tampoco estoy encendida

Estoy en el medio de todo 

¿Dónde estás?

Quisiera sumergir mis manos en el mar, hacer castillos de arena y mirar al horizonte donde se oculta el sol agarradas de la mano.

Aquí estoy yo, en esa frontera desigual, rocosa y árida, llena de erosiones ocasionadas por los vientos del sur. Aquí estoy yo, esperándote. 

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